La industria automotriz pide bajar impuestos a este sector para impulsar sus ventas

Rebeca Marín

Enero 9, 2020

Las ventas del sector automotriz llevan 31 meses a la baja. Para revertir esta situación, Guillermo Rosales, director general de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) propone un programa para reactivar este mercado.

El programa consta de dos partes, la primera busca que la banca de desarrollo y el sector financiero otorguen créditos a los compradores; la segunda, que el gobierno federal dé un estímulo fiscal en la forma de una reducción del impuesto sobre el automóvil nuevo (ISAN) y un aumento del monto deducible por concepto de impuesto sobre la renta (ISR) en la adquisición de automóviles.

Actualmente el límite deducible es de 175 mil pesos, dividido en cuatro años. La AMDA plantea que el límite debería ser de 340 o 350 mil pesos. Es decir, el doble.

La propuesta de la AMDA buscaría ayudar a que taxistas y microbuseros, así como los microempresarios que ocupan un automóvil para realizar su actividad, renueven sus unidades. Según Rosales, aquellas con las que cuentan actualmente muchas veces son obsoletas y contaminantes, por lo que generan costos elevados por consumo de gasolina y mantenimiento. 

Además, no pueden circular muchos días de la semana, lo que impacta la productividad de los empresarios.

"Este enfoque puede ser un factor de arranque y cae dentro de los parámetros del presidente Andrés Manuel López Obrador como materia de impulso para fortalecer el mercado interno, para que los microempresarios tengan mejores condiciones de trabajo", dijo.

Según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en 2019 hubo 317 mil 727 unidades vendidas, lo que significa un incremento de 7.7% en comparación a las de 2018. En diciembre hubo 130 mil 448 unidades vendidas, una disminución del 8.3% respecto a noviembre.

Rosales estima que durante 2020 habrá una caída de alrededor del 2%, con lo que tocarían fondo y darían paso a un periodo de estabilidad, aunque sin una recuperación rápida de los niveles de demanda, como los observados entre 2014 y 2016.