MARTIN AGUILAR
El escenario político que dejó Morena luego de arrasar en la capital del país, no sólo abrió el paso a una nueva forma de hacer política – que no ha terminado de fraguarse-, también desapareció a la oposición en CDMX, pero el Congreso capitalino no es la excepción.
Mientras el PAN busca con ahínco y dedicación alzar la voz para hacerse notar en cada una de las propuestas e iniciativas que sus 11 diputados presentan, la otra oposición se ha ido esfumando entre una disputa de poderes que poco abona a la democracia.
En el caso del PRD, de los seis diputados que llegaron a Donceles ahora sólo quedan cinco. Evelyn Parra hizo berrinche cuando la pequeña mayoría de su bancada decidió que el diputado Jorge Gaviño dejaba la coordinación y llegaba Víctor Hugo Lobo.
La ex congresista del PRD en el Congreso local recibió la orden expresa de su mentor, el "Nenuco" Julio César Moreno, para que en protesta dejara a la fracción con menos diputados y con una posibilidad mínima de hacer verdadero trabajo legislativo.
Parece que la legisladora tenía razón. Desde que llegó a la coordinación del PRD, Víctor Hugo Lobo ha sido un líder casi anónimo. Más bien Gaviño sigue siendo el perredista que más participa en las sesiones y en más ocasiones sube a tribuna a cuestionar al grupo mayoritario, mientras que su compañero no siempre está en las sesiones, o llega tarde.
De ahí que la oposición en el Congreso prácticamente no existe. Lo más preocupante, es que el acuerdo firmado por los congresistas fue que, en el primer año de la Legislatura, Gaviño sería el coordinador, y los dos siguientes Lobo.
Donde no se ponen de acuerdo, es en el grupo mayoritario donde ha pasado más de un mes y desde que Ricardo Ruiz dejó la coordinación de Morena, no se ha visto humo blanco para saber quién será el gallo.
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