Martín Aguilar
Ya cerrado el último periodo legislativo del año, donde usaron las más rancias triquiñuelas al estilo PRIAN para ser tapete de su propio gobierno, ahora los diputados locales de Morena sacarán su verdadero ADN perredista para despedazarse entre ellos.
Después de año y medio de haber obtenido la mayoría en el Congreso de la Ciudad de México, los morenacos siguen siendo un verdadero desastre y es hora que no se puede consolidar ningún liderazgo al interior.
La primera vez que lo intentaron hacer fue al arranque de la legislatura, cuando les quisieron imponer a Ernestina Godoy en la coordinación de la bancada en Donceles, pero fue tan malita que, ante la paliza, Claudia Sheinbaum la tuvo que rescatar en la PGJCDMX.
Antes de irse, Godoy recibió la indicación de operar su relevo: tenía que imponer a Ricardo Ruiz, diputado suplente de Alejandro Encinas, pero, una vez más, fue tan maleta que el tema se le escurrió de las manos.
El problema fue que quiso imponer como vicecoordinador del grupo parlamentario a su compañero Eduardo Santillán, lo que molestó al grupo, que al interior encabeza José Luis Rodríguez.
Al querer dar el albazo y llamar al grupo a una votación para aprobar los nombramientos, Godoy fue derrotada no una, sino tres veces seguidas por Rodríguez, lo que obligó a que desde las alturas solucionaran el problema, nombrando una
coordinación colegiada.
Es decir, se llegó a un acuerdo para que Ricardo Ruiz fuera el coordinador de ornato, de ahí que lo apodaron El Mandibulín, y como vicecoordinadores quedaron Valentina Batres y el propio José Luis.
Pero la ineptitud de Ruiz y su falta de liderazgo fue tal, que hasta renunció por WhatsApp a la coordinación, renuncia que no le aceptaron porque era el final del periodo legislativo. Pero ahora que ya terminó, los morenos sacarán los cuchillos para pelear el lugar.
Lo de menos es que Ruiz renunciara, sino que la coordinación y los puestos administrativos, que representan muchísima lana, por lo que Rodríguez y Valentina se armaron hasta los dientes para disputarse el puesto.
Para la oposición y para la mayor parte de los morenos, José Luis es, por mucho, mejor operador y más confiable, por lo que dan por hecho que será con el que seguirán planchando los temas.
Pero, independientemente de quién sea la nueva cabeza morena en Donceles, la unidad del grupo es prácticamente imposible, ya que los perdedores no cederán… a menos que haya alguna recompensa.
Por eso son importantes las unidades administrativas, como Comunicación Social y Servicios Parlamentarios, por ejemplo, que serán monedas de cambio para que esta Navidad las tribus pasen alegres fiestas.
Estas dos posiciones clave están en el aire, pues, en la actualidad, Jorge Navarijo es el encargado de prensa, pero tendría que ser ratificado; en el caso de Servicios
Parlamentarios, Carina Piceno renunció y se supone que desde hoy está fuera. Sin embargo, la oposición, junto con un grupo de morenos, ya operan para que Piceno se quede y la están asesorando para invalidar su renuncia.
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