Cada vez está más claro cómo se están conformando los grupos al interior de Morena en el Congreso de la Ciudad de México, y a estas alturas nadie duda que la fracción está partida en dos, y ya no en tres, como hace poco.
Un grupo lo encabeza el diputado José Luis Rodríguez, que llegó a Donceles de la mano de Andy y quien intermitentemente ha estado trabajando para los intereses de Ricardo Monreal, sin descuidar los del segundo hijo de López Obrador.
Con él jaló al principio un grupo minoritario de diputados que fue marginado de las grandes decisiones y bolsas por la cúpula, y que en un tiempo lo apoyaron para que se hiciera de la coordinación, sobre todo cuando se fue Ernestina Godoy.
Las cosas cambiaron cuando el otro grupo, encabezado por Valentina Batres, recibió señales claras que desde la jefatura de Gobierno estaba en marcha un golpe para quitarle privilegios políticos y económicos que acumuló en Donceles.
El objetivo no era el grupo, sino Batres, quien al olfatear el peligro apoyó a la pequeña fracción que habían formado Rigoberto Salgado, Guadalupe Chavira y otros diputados, y que hoy se reportan con Héctor Villegas, consejero Jurídico de Claudia Sheinbaum.
Hombre de todas las confianzas de Sheinbaum, desde el año pasado, lo metió de última hora a operar el Presupuesto 2019, lo que le valió agenciarse enemigos internos en el antiguo Ayuntamiento, que hace poco lo hicieron tambalear.
A pesar de ello, la jefa de Gobierno le dio el espaldarazo para coordinarse con el grupo de legisladores amigos y volver a encabezar el tema del presupuesto, pero ahora para 2020, lo que amplió la división de los morenistas en la capital.
Y es que unas cosas, las coordina Villegas, otras –como la Ley de Planeación– se las encomienda al subsecretario René Cervera, aunque en teoría, quien trae las riendas con los inquilinos de Donceles es Rosa Ícela Rodríguez.
Porque la secretaria de Gobierno es quien se reúne cada semana con diputados no sólo de Morena sino de todos los partidos, para afinar la agenda que le interesa a su jefa. Pero con tantas señales, los que hacen como que se confunden y se desbalagan.
Por supuesto, que eso es observado por los enemigos de Sheinbaum en la 4-T, que se esmeran por hacerla tropezar, lo cual por cierto han logrado hacer en más de una ocasión.
En el centro de la tormenta está el consejero jurídico, quien aceptó meterse en terrenos que no son suyos y que por eso mismo tarde o temprano será devorado por la jauría morenaca.
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