José Francisco Montaño
Al obtener la mayoría constitucional de dos tercios de los votos, Margarita Ríos-Farjat fue designada por el Pleno del Senado de la República, como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández Balboa, tomó la protesta de ley a la nueva integrante de la Suprema Corte, y a nombre de la Cámara de Senadores, le deseó éxito en su encargo.
En la sesión de este jueves se llevó a cabo la votación de la terna, enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para elegir a la ministra que ocupará la vacante de Eduardo Medina Mora, quien renunció al cargo en octubre pasado.
La votación se realizó mediante cédula y se depositaron un total de 122 votos, de los cuales 94 fueron para Ríos-Farjat; 25 emitidos en favor de Ana Laura Magaloni Kerpel; uno en pro de Diana Álvarez Maury, además se registraron dos nulos.
La Mesa Directiva informó que como resultado de vaciar y clasificar los documentos contenidos en la urna donde se emitieron los votos, "se identificó que se depositaron 122 cédulas de votación, dos sobres vacíos, dos objetos, un barco de papel y un avión".
Acto seguido, se procedió al cómputo de los votos, y para tal efecto, se realizó la clasificación de los mismos, identificando los que hayan sido emitidos en favor, en contra y las abstenciones, así como los votos nulos. Se precisó que únicamente se contabilizaron los que se emitieron con la correspondiente cédula.
También se infirmó que quedaron bajo resguardo de la Mesa Directiva los seis sobres con cédula que no se entregaron, los cuales correspondían a las y los senadores Ismael García Cabeza de Vaca, Raúl Paz Alonzo y Gloria Elizabeth Núñez Sánchez, del PAN; Raúl Bolaños-Cacho Cué, del PVEM; María Antonia Cárdenas Mariscal, de Morena, e Indira Kempis Martínez, de MC.
Previó a la votación, las integrantes de la terna comparecieron ante el Pleno para exponer sus programas de trabajo. Ahí, Margarita Ríos-Farjat dijo que la Corte es la mayor responsable de garantizar el orden jurídico, pero, reconoció, que no es tarea fácil porque existen grandes intereses económicos, delincuenciales, oscuros, sin ley, políticos e ideológicos.
"Se requiere la firme decisión de decir claramente que no, a todo aquel que pretende lograr, mediante pretensiones de cualquier tipo lo que no le corresponde", expresó.
Advirtió que no debe olvidarse que en el orden jurídico hay una fractura que no se ha podido subsanar: que para una gran parte de la población la justicia suele llegar tarde. Los mexicanos deben sentir que la justicia es posible, que la palpen, la reciban y la hagan suya, porque todos sus aparatos e ideas sólo tendrán sentido si están al servicio de la gente, concluyó.
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