POR MARTIN AGUILAR
Tal como estaba definida procuración de justicia en la Ciudad de México, lo de menos es que Ernestina Godoy sea impuesta como fiscal pesar de su evidente ineptitud; lo patético es cómo está planteada la futura Fiscalía General.
El martes pasado los diputados del sistema –o sea, los morenistas actuaron en pandilla para despejar el camino a la procuradora carnala Godoy como futura fiscal de chocolate, pero nada dijeron de la profunda reforma judicial que se requiere.
Se necesita una Fiscalía como las que se ven en las series gringas, donde el fiscal tiene todas las herramientas legales y de investigación, que incluye el control absoluto de la Policía Preventiva.
O sea, que la Secretaría de Seguridad Ciudadana en su conjunto dependiera de la Fiscalía General, y no que la Procuraduría y la policía ande cada quien por su lado.
En la actualidad la PGJ y la SSC son obligadas a coordinarse, a pesar de que es público que ambas dependencias no solamente se odian, sino que se meten el pie entre ellas.
Se ocultan información y hacen acuerdos por su cuenta con los malandrines, por lo que literalmente se convierten en aliados del crimen.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana tiene a su disposición áreas de inteligencia, proximidad y vigilancia no solamente con miles de efectivos en las calles, sino con miles de cámaras en la capital, que reportan todo al C-5.
Lo triste es que toda esa información, invaluable para cualquier investigador,
ni siquiera es consultada por los agentes de investigación que dependen de la PGJ.
Los policías preventivos son los primeros en llegar al lugar y tendrían que ser quienes recaben las primeras evidencias, preserven la escena del crimen y aporten pruebas para sustentar los casos.
Lejos de eso mueven evidencias, pierden pruebas y fallan en las puestas a disposición ante un MP, que por su parte no es investigador y que regularmente recibe las carpetas minutos antes de entrar al juicio, donde es apaleado por los abogados malandros.
En cambio, si los elementos que conocieron inicialmente del caso son asignados para que lo lleven hasta el final, habría más oportunidad de resolverlos.
Y para los que digan que eso sólo pasa en las series gringas, deberían voltear hacia Chihuahua y Querétaro, por ejemplo, donde ya se da este esquema de una Fiscalía que controla a la policía y a los investigadores, y que soluciona los casos de alto impacto.
Pero, sin un modelo así y con Godoy al frente, pues que nadie se haga ilusiones.
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