Luego de que el 19 de septiembre se dieran a conocer las órdenes de aprehensión giradas en contra de Edgar Tungüí y Felipe de Jesús Gutiérrez, ambos exfuncionarios del gobierno de Miguel Ángel Mancera, se desató un pánico que no ha concluido.
Además de que Tungüí fungió como secretario de Obras, la investigación en su contra tiene que ver también con el presunto manejo irregular de fondos públicos para las familias afectadas por los sismos de 2017, a través del Comité de Reconstrucción que encabezó.
En el caso de Gutiérrez, extitular de Seduvi, se le investiga, entre otras cosas, por estar presuntamente vinculado a la autorización ilegal de proyectos inmobiliarios, como la llamada Torre La Colina en Bosques de Las Lomas, y muchos más.
Estos dos funcionarios fueron identificados como presuntos integrantes del llamado Cártel Inmobiliario, que según la propia Claudia Sheinbaum existió durante la administración de su antecesor, el hoy senador Mancera.
No había pasado ni una semana de eso, cuando la Contraloría capitalina difundió la inhabilitación por 10 años como servidor público en contra de Julio César Serna, por presuntas irregularidades detectadas en su paso como responsable de la Central de Abasto.
Además de haber sido compañeros en el gabinete mancerista, otra cosa que tienen en común estos tres exfuncionarios es que son parte de un grupo que cada semana se reunía en privado a tomar café para "intercambiar información" del gobierno capitalino.
Si las investigaciones en contra de los exmanceristas tienen que ver con quienes asistían a esas reuniones, el ex procurador capitalino, Edmundo Garrido, es otro de los que debería de comenzarse a preocupar.
Hasta antes de septiembre, el selecto grupo de exfuncionarios no tenía mayores elementos que les indicaran peligro, pero todo cambió cuando se supo que el gobierno iba por Miguel Ángel Vázquez, quien manejó la millonaria nómina gubernamental.
Y es que ahí, dicen las malas lenguas, todos los operadores de Mancera tuvieron vela en ese entierro.
Quienes están cerca de las investigaciones aseguran que en las carpetas judiciales están inscritos exfuncionarios de la Secretaría de Finanzas de la Ciudad de México, cuyos nombres saldrán a la luz púbica en breve.
Sobre todo, de aquellos que durante la última parte del sexenio mancerista se coordinaron muy de cerca con Miguel Ángel Vázquez, cuando éste último fungió como jefe de asesores del gobierno capitalino.
Por el momento, Tungüí y Gutiérrez están desaparecidos y quienes saben de estos temas aseguran que fue un error no responder al requerimiento judicial a través de sus abogados, como lo hizo el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, por ejemplo.
El asunto es que las carpetas siguen integrándose y ningún exmancerista duerme tranquilo.
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