POR MARTIN AGUILAR
Luego que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum diera a conocer que hay dos órdenes de aprehensión contra dos ex funcionarios de la administración de Miguel Ángel Mancera, como son Edgar Tungüí y Felipe de Jesús Gutiérrez y aprovechando el pánico que generó la cacería en contra del cartel del ex jefe de gobierno, un grupo de empleados de la Contraloría de la Ciudad de México se ha dedicado a extorsionar a exfuncionarios manceristas.
Funcionarios menores de esa dependencia se están acercando a exalcaldes y exsecretarios del gobierno anterior para tratar de espantarlos con el petate del muerto y es que les llegan con el cuento de que en la Contraloría hay abierta –y casi concluida– una investigación en su contra, pero que a cambio de una buena cantidad de billetes ellos se encargan de congelar la evidencia para que no sean molestados.
Más de un ex mancerista ha sido visitado por funcionarios de esa dependencia –la mayoría ex perredistas que ahora trabajan en el gobierno de la 4T– para llevarles la bondadosa propuesta de ayuda, "por los viejos tiempos".
Todo comenzó cuando circularon los nombres de Miguel Ángel Vázquez, Tungüí y Gutiérrez como los primeros investigados por la anterior administración, al ver que muchos otros entraron en pánico ante el temor de estar en la lista negra, empleados menores aprovecharon para hacer una lista y visitarlos, a fin de sacar provecho económico.
El modo de operar de los funcionarios gubernamentales es simple: se acercan a quienes no tienen investigación grave en curso y les dicen que sus nombres están próximos a pasar al Ministerio Público, pero que ellos los pueden ayudar, billetes de por medio.
Y no es con cualquier billete, pues se dejan pedir hasta cinco millones de pesos "para repartir entre los jefes", a sabiendas de que no habrá acción contra ellos, por la sencilla razón de que ni siquiera son investigados.
No es la primera vez que se habla de anomalías al interior de la Contraloría, pues dicen que desde el inicio de la actual administración esa dependencia es usada como agencia de colocaciones por los diputados locales de Morena.
Apenas instalado el gobierno de Claudia Sheinbaum, los diputados morenos –en su mayoría del primer círculo– exigieron plazas en esa dependencia.
Quizá ello explica por qué al interior de la Contraloría hay empleados que urden planes para extorsionar a exfuncionarios que siente que la Virgen les habla, sobre todo después de las primeras detenciones.
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