Por Rebeca Marín
Hace algunas semanas fueron propuestas algunas modificaciones importantes al sistema tributario de nuestro país. El poder ejecutivo, en el Paquete Económico 2020, concretamente en la Iniciativa de Ley de Ingresos 2020 y en la Miscelánea Fiscal, propuso algunas. Otras fueron propuestas por el poder legislativo. Éstas últimas componen la llamada reforma penal fiscal, que entre otras cosas plantea equiparar la defraudación fiscal con el crimen organizado, además de catalogarla como un peligro para la seguridad nacional.
Las propuestas han causado un gran revuelo entre los integrantes del sector empresarial, que las han designado con variopintos calificativos, como terrorismo, inquisición e infierno fiscal.
En consecuencia, ha habido diversos acercamientos entre los grupos empresariales y el gobierno para intentar llegar a un acuerdo. El 8 de octubre, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, se reunió con empresarios del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para discutir las reformas fiscales.
El funcionario explicó que ha habido un acercamiento con el sector empresarial para intentar llegar a un lugar común. El secretario adujo parte del enojo de los empresarios a confusiones generadas por la falta de claridad en las implicaciones de las iniciativas.
Arturo Herrera resumió las diferencias en tres puntos principales: la extinción de dominio, el combate a las empresas fantasma, y la Miscelánea Fiscal.
Respecto a la extinción de dominio, Herrera aseguró que no se trata de un asunto fiscal (sin embargo, sí hay implicaciones fiscales, te explicamos en esta liga), sino que en realidad tiene implicaciones de tipo penal, relacionadas al crimen organizado.
En cuanto a las empresas fantasmas, explicó que las empresas que se buscará combatir son aquellas que no tienen una actividad económica real, aunque formalmente existan y estén inscritas en el RFC. Es decir, aquellas empresas que lo único que hacen es vender facturas con el objetivo de defraudar al fisco.
"¿Quiénes no caerían aquí? Si hay una empres establecida correctamente, una panadería que vende conchas y por alguna razón usa una factura falsa, esa no es de éstas, porque esa sí está vendiendo conchas. Sí está cometiendo una irregularidad, pero no es una empresa fantasma. No hay conchas fantasma", dijo el secretario de Hacienda.
Además el monto mínimo de defraudación tendría que ser de 10 millones de pesos. Para que esto sea posible, dijo el funcionario, tendría que tratarse de una empresa con al menos ingresos de alrededor de 30 millones de pesos. Esto descartaría a la mayoría de los contribuyentes en México, que no llegan a esos niveles de facturación.
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