Agosto 26/19
LÍDERES POLÍTICOS
Jesús Belmont Vázquez
Periodistas
*Primero, Loret de Mola
*Quién sigue en la lista?
Congreso de la Unión.- El caso de la reciente salida de Televisa del periodista Carlos Loret de Mola ha dado mucho de qué hablar. No se trata de un hecho aislado de la separación de un colaborador de la televisora o de algún otro importante medio de comunicación.
Se trata de un asunto muy delicado por el contexto en que se ha suscitado.
No se necesita ser politólogo para darse cuenta que el presidente López tiene animadversión hacia los comunicadores, pero en particular hacia aquellos que no aplaudimos sus ocurrencias como forma de gobierno.
Sus conferencias mañaneras son utilizadas para alimentar el odio de sus seguidores hacia los medios de comunicación que criticamos al gobierno de la Cuarta Transformación. No hay cabida a la diferencia de opiniones. El presidente de México quiere que todo mundo piense igual que él y vea las cosas como él las ve.
De hecho, no pierde oportunidad en sacar su coraje ante cualquier crítica que se le haga, venga de quien venga. Desearía que todos los medios impresos y electrónicos compartieran sus cifras inventadas sobre seguridad, economía, empleo y demás rubros en los que, por desgracia, estamos al borde del colapso.
Carlos Loret de Mola salió de Televisa tal vez no por órdenes estrictas de "ya saben quién", pero si seguramente hubo un contrato multimillonario de publicidad del gobierno federal que obliga a la televisora a hacer ciertos ajustes en su programación en los que, por obvias razones, deberá cuidarse la figura presidencial. Carlos Loret no encajaba en esas "modificaciones" producto del convenio Palacio Nacional-Televisa. Así de simple.
Pero la pregunta que surge ahora es: ¿cuántos columnistas, editorialistas y reporteros podrían –podríamos- correr la misma suerte?
Días después de la despedida de Loret de Mola, se dio otro caso que despertó la molestia del inquilino de Palacio Nacional. En esta ocasión el blanco fue el columnista Raymundo Riva Palacio, a quien tuve la oportunidad de conocer en El Financiero, cuando don Rogelio Cárdenas Sarmiento (q.p.d.) era director general y propietario del periódico.
Riva Palacio había hecho un comentario en su columna Estrictamente Personal acerca de que algunas empresas estaban aprovechando el formato caótico que tienen las conferencias de prensa de AMLO para plantar preguntas, pagando 200 mil pesos a quien la formulara, para obtener del presidente una respuesta que apoyara sus intereses particulares.
Pero el presidente López tomó los comentarios de Riva Palacio por otro lado.
AMLO dijo en la mañanera: "Nosotros tenemos que entender que la política es un imperativo ético, no puede haber un doble discurso, una doble moral. Digo esto también porque leyendo ayer (jueves), de un columnista de esos famosísimos, que eran muy famosos pero ya ahora las redes sociales están arrasando, tienen que revisar eso los columnistas famosos de antes. Decía un columnista que aquí pagábamos, repartíamos chayo de 200 mil pesos. A ver, a ver, a ver ¿cómo está eso?".
Un periodista de los que asisten a las mañaneras, preguntó: "¿Riva Palacio?".
El presidente López añadió: "Sí, Riva Palacio. Imagínense la falta de respeto, que además qué desfachatez. Eso no es cinismo, es cretinismo. Pero hay que respetar a todos, ¿no?".
Por la respuesta que dio, vemos que el presidente está desubicado, perdido. En primer lugar, Riva Palacio nunca dijo que Presidencia diera dinero a cambio de hacer ciertas preguntas; además, por la actitud asumida por el presidente López, es notorio que está siendo mal informado por su asesor de Comunicación Social, Jesús Ramírez Cuevas o de plano no lo consulta para nada antes de hacer cualquier pronunciamiento que tenga que ver con medios de comunicación. Cualquiera de los dos escenarios es grave.
Si el presidente López toma las grandes decisiones de gobierno con el hígado y no con la cabeza, estamos ante una situación que puede orillar al país al precipicio.
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