Agosto 21/19
LÍDERES POLÍTICOS
Jesús Belmont Vázquez
Economía
*Sorprende optimismo del presidente
*Otros ven estancamiento económico
Congreso de la Unión.- Durante la segunda mitad del año se prevé que la actividad económica siga estancada, derivado del bajo ritmo de la producción y el lento desboque de la inversión tanto pública como privada.
Este panorama adelanta que será más que difícil alcanzar el crecimiento del dos por ciento del Producto Interno Bruto que estima el gobierno federal.
La economía mexicana, la segunda mayor de América Latina después de Brasil, acumula una expansión del 0.1 por ciento en el primer semestre del año, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Sin embargo, los expertos opinan que para llegar al objetivo del gobierno federal al final del presente año, el Producto Interno Bruto (PIB) tendría que crecer a un ritmo del cuatro por ciento en la segunda mitad del año.
Este panorama, de acuerdo con la dirección para América Latina de la calificadora de riesgos Moody´s Analytics, resulta verdaderamente impensable.
El PIB mexicano creció un marginal 0.1 por ciento en el segundo trimestre de 2019, con cifras ajustadas por estacionalidad, con lo que esquivó caer en la llamada "recesión técnica", es decir, la acumulación de dos periodos con cifras negativas.
Grupo Financiero Scotiabank por su parte está considerando reducir a un 0.6 por ciento desde 0.9 por ciento su pronóstico para el presente año.
Esa misma estimación del 0.6 por ciento es el cálculo actual del banco Ve por Más (BX+), el cual considera que la incertidumbre que ha prevalecido desde la llegada a la presidencia de López Obrador, podría prolongarse por más tiempo.
En un reporte, el banco señala: "Prevemos que la incertidumbre se extenderá en el segundo semestre, lo que afectaría a la confianza, la inversión, la generación de empleos e, incluso, la política monetaria y el acceso al financiamiento".
Para la calificadora Standard & Poor's (S&P), el crecimiento económico de México ha sido bajo en la última década en medio de una reducción paulatina de su productividad, con su respectivo efecto en la calidad de los empleos.
El banco de inversión estadounidense JP Morgan, que fue uno de los que aventuraba que la economía mexicana caería en recesión técnica en el segundo trimestre de 2019, consideró que aunque la variación económica de abril-junio resultó levemente positiva, debería llamar más la atención el hecho de que la economía local ha estado extremadamente débil desde hace varios trimestres.
"Por lo tanto, todavía creemos que no hay razón para esperar una mejora notable en el sector productor de bienes, y que los sectores más sensibles a la inversión, en particular, deberían seguir siendo un lastre", agregó.
Para contrarrestar la debilidad, el gobierno anunció un plan de 25 mil 500 millones de dólares con el objeto de dar impulso a la economía en lo que resta del año, principalmente acelerando proyectos de infraestructura e inversión.
En opinión de Moody's Investors Service, el plan de apoyo del gobierno tendrá un impacto limitado en la economía, por lo que mantiene un pronóstico de crecimiento en 1.2 por ciento en 2019 y 1.5 por ciento en 2020, con riesgos a la baja.
Ante este panorama, sorprende el optimismo del presidente López Obrador, cuando dice que a pesar de que es poco el crecimiento económico de México, ya hay una mejor distribución de los ingresos en el país.
Expuso que las acciones que ayudará al propósito de que México pueda crecer son: impulsar la microeconomía; promover el desarrollo mediante obras; la participación de la iniciativa privada, y fomentar la inversión extranjera.
Dijo que si bien es poco el crecimiento "no caímos en recesión" y hay una mejor distribución de los ingresos pues para crecer se debe distribuir, "así como no se puede distribuir lo que no se tiene, la creación de la riqueza tiene que ir acompañada de la distribución de la misma". Veremos.
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