Julio 15/19
LÍDERES POLÍTICOS
Jesús Belmont Vázquez
Migración
*Gobierno con la soga al cuello
*¿México, tercer país seguro?
Congreso de la Unión.- El arreglo migratorio con Estados Unidos tiene al presidente López Obrador entre la espada y la pared al verse presionado para obtener recursos suficientes para cumplir con las promesas de proporcionar trabajo, educación y salud a las decenas de miles de migrantes que son retornados en momentos en que la economía mexicana está estancada y las medidas irracionales de austeridad recortan servicios elementales para millones de mexicanos.
En el gobierno de la Cuarta Transformación están conscientes de que no existen garantías de que el trabajo emprendido para contener la ola migratoria vaya a mostrar resultados que satisfagan por completo al presidente Donald Trump, pues para ello hay un plazo de solamente 45 días contados a partir del 7 de junio pasado cuando se firmó el acuerdo.
López es un presidente alejado del contexto internacional y como prueba de ello tenemos su negativa a asistir a la Cumbre de G20 en Osaka, Japón, y que sería su primera reunión con los máximos líderes y socios comerciales de México.
Su agenda de gobierno se concentra en asuntos meramente internos: programas para regalar dinero a los pobres, revitalizar las empresas nacionales y combatir la corrupción, todos ponen énfasis en lo estrictamente doméstico.
Es un mandatario de bajo perfil que desdeña oportunidades para codearse con los jefes de Estado de todo el mundo, y hoy está con la soga al cuello ante una problemática regional que involucra a Centroamérica, México y Estados Unidos y de la que seguramente saldrá desgastado políticamente.
El presidente Trump ha dicho que no va a recibir a migrantes y que devolverá a los mismos por el lugar que ingresaron, es decir, por México. En la práctica y sin un anuncio oficial, México se convertirá en un Tercer País Seguro.
Trump estará revisando los informes sobre el número de migrantes que cruzan la frontera (aquí no hay cabida para aquello de "yo tengo otros datos") y si la migración no disminuye rápido, las partes volverían a la mesa de negociaciones y con ello la incertidumbre sobre la aplicación de aranceles a las exportaciones mexicanas al mercado norteamericano.
Lo único cierto hasta este momento es que la amenaza de los aranceles sigue latente y que al gobierno de López Obrador le salió el tiro por la culata por abrir de par en par las puertas de nuestra frontera sur a miles de migrantes centroamericanos y de otras partes del mundo y cuyo destino final es Estados Unidos.
En el Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila consideró que ante las nuevas medidas migratorias en Estados Unidos, la Cámara Alta no debe autorizar que México se convierta en un "tercer país seguro" y que nuestra nación tiene que conservar su tradición en materia de derechos humanos y de asilo político, como establece la Constitución.
El coordinador de Morena se refirió a las nuevas reglas que Estados Unidos emitió en materia migratoria, con las que negará el asilo a migrantes que pasen por un tercer país seguro hacia esa nación.
Dijo que la decisión estadounidense merece respeto, "pero no podemos dejar de expresar que se trata y refleja un unilateralismo que es contrario a los principios de corresponsabilidad regional, impulsados por México".
Monreal señaló que aún no es evidente cuáles serán las implicaciones de dicho cambio respecto del número de solicitudes de asilo en México, por lo que la Cámara de Senadores, como vigilante de la política exterior mexicana, debe fijar una posición seria.
"Como Senado no vamos a autorizar el que se convierta a México en un tercer país seguro. Es una posición del grupo parlamentario, no involucro a los otros grupos, pero he conversado con compañeros de Morena y están de acuerdo en que no se considere a México como un tercer país seguro. Ni de facto, ni de hecho", precisó.
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