NADIE S INDISPENSABLE
Los morenistas son más mentiroso que nada, ya que nada solo son de dientes para afuera, ya que se venden como los más honestos y puros, pero, a las primeras de cambio, a los morenos muestran su verdadero rostro: les gana su naturaleza de llenarse las bolsas con dinero público y no se detienen ante nada.
Aunque ya se había comentado que más de un moreno estaba inconforme con el trabajo de Javier El Güero González Garza en Donceles, no dejó de sorprender que, sin decir agua va, ayer fue puesto de patitas en la calle "por pérdida de confianza".
Independientemente de la ilegalidad de su remoción, pues hasta los lopezobradoristas coinciden en que se podía amparar para quedarse, la realidad es que la fracción de Morena no acaba de ponerse de acuerdo en el reparto del millonario botín del Congreso de la CDMX.
Tan claro fue el albazo al interior del grupo, que incluso diputados que ni siquiera pertenecen a la Comisión Permanente, que sesionó ayer, se hicieron presentes en Donceles para tratar de controlar la rebelión, pero sin éxito.
Y es que El Güero González Garza llegó a la Oficialía Mayor al inicio de la legislatura a través de Ernestina Godoy, entonces coordinadora de la fracción, como una concesión a Alejandro Encinas, diputado local con licencia y actual subsecretario en Gobernación.
Cuando Encinas se fue, dejó en su lugar a su eterno micifuz, Ricardo Ruiz, para que cuidara la caja, lo cual amarró las manos a los diputados morenistas, que ya afilaban las garras para meterle la uña al millonario presupuesto.
Como los jugosos contratos que firmaba El Güero respondían al interés de unos cuantos diputados, entre los que estaban José Luis Rodríguez, Carlos Castillo y Valentina Batres, ya que, según los propios morenos, la pelusa del grupo decidió armar la rebelión.
Desde que llegaron a Donceles, los morenos no han podido ponerse de acuerdo en el reparto del botín y lucen cada vez más divididos; más que por cuestiones políticas… ¡por el dinero!
Claro que nadie les cree eso de que no buscan el poder por el poder; son igual o más de corruptos que sus antecesores. La diferencia es que son más cochinos y ni siquiera tienen tacto para hacerlo.
El problema no es nada menor, pues si El Güero González Garza se ampara, el Congreso lo tendrá que restituir. Ello obligaría a sacarle sus trapitos al sol para obligarlo a renunciar, con el consabido riesgo de que salgan a la luz las transas de Morena en Donceles.
No cabe duda que a quienes hoy se cobijan bajo el manto de impunidad de Morena les gana el origen: siempre serán corruptos, así se vistan de cualquier color.
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