Llegaron al país latinomericano con el sueño de cruzar a los EEUU. Ahora buscan un cambio de estatus con el objetivo de permanecer de manera legal en suelo azteca
12 de febrero de 2017
Empezaron a llegar en mayo de 2016, iban sólo de paso para cruzar a Estados Unidos donde los esperaban familiares y una mejor vida de la que tenían en sus países de origen.
Algunos sí lograron cumplir su objetivo, pero en la medida que se acercaban las elecciones presidenciales de noviembre en EEUU el paso se fue restringiendo y ahora la expectativa de al menos 2.000 migrantes haitianos y africanos que se encuentran en albergues de Tijuana y Mexicali, en Baja California (Norte), es hacer los trámites necesarios para quedarse en México.
En este momento en el que el gobierno de Enrique Peña Nieto promueve una política que se diferencia de su vecino del norte, negar a estos otros inmigrantes la estancia en el país no es una opción y para ellos, cruzar a EEUU o regresar a su países no está en sus planes.
Así lo cuenta Marco, un inmigrante haitiano, que tardó cinco meses en llegar de Brasil, donde trabajaba como soldador, hasta Tijuana.
"Dormir en el monte siete, ocho días, hasta dos semanas (sic.)", dice en una mezcla de español con portugués, "cuando llegando a Panamá, nosotros vivir en […] una carpa, para dormir… estamos aquí para pasar, no tenemos documentos para ficar (quedarse)", señala en una serie de testimonios recabados por el Colegio de la Frontera Norte (Colef), institución con sede en Tijuana, destacada por sus estudios sobre migración en el país.
Por ahora se reporta que sólo en Baja California hay inmigrantes en 20 albergues, la mayoría empiezan a sentir las carencias de estar a su máxima capacidad y durante varios meses, ya que generalmente son lugares de tránsito a los que las personas llegan a descansar, dormir, asearse y comer antes de continuar su viaje hacia Estados Unidos.
"Esto se hizo de manera temporal mientras conseguían su traslado, pero ahora cambia el juego también para los albergues porque ya no podemos serlo de tiempo completo, ahorita estamos necesitando aceite, frijol, arroz, pollo, dinero para pagar las cuentas, cosas para higiene…estábamos acostumbrados a que la gente que llegaba se quedaba aquí un par de días y generalmente eran hombres de entre 25 y 35 años, pero ahora tenemos hombres, mujeres embarazadas, muchos niños…necesitamos también con urgencia atención médica, principalmente por las mujeres embarazadas y los niños", dijo a Infobae, Andrea Valádez Ruiz, admistradora del albergue Pro Libertad y Derechos Humanos en América, en Tijuana.
La crisis no se ha ido
Hace un par de meses una delegación de la ONU visitó la zona y declaró que existía una crisis humanitaria que hasta ahora no se ha resuelto y está en vías de empeorar porque también hay inmigrantes que se fueron diseminando a lo largo otros estados fronterizos como Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, ante su desesperación por la precaria situación en los albergues de Baja California, de donde se quejaban principalmente de la higiene.
Valádez Ruiz asegura que ante las necesidades que ya empiezan a enfrentar los albergues, algunos han acudido a empresas para que den empleo a los inmigrantes con permiso de estancia temporal en México para que puedan establecerse y dejar los refugios temporales.
"Si cruzan a Estados Unidos los están regresando a sus países, por eso ya no quieren irse para allá. Algunos ya están trabajando, nosotros estamos hablando con empresas que puedan contratarlos y que así también ellos puedan arreglar su estancia migratoria y pues hacer su vida", señaló.
La mayoría de las personas que están en los albergues no hablan español sino inglés, francés y portugués, "algunos ya empezaron a aprender español conviviendo con nosotros y los que hablan inglés son los que más se han podido colocar. Otros no hablan inglés ni español, pero entienden un poco y a señas se les pueden dar instrucciones para trabajar y así es como están empezando".
Los que han logrado insertarse trabajan en los sectores de la construcción y servicios, "ya estamos también platicando con gente de las maquiladoras", señaló en entrevista Araceli Almaraz, investigadora del Colef, quien ha seguido de cerca este caso. La mayoría tiene un nivel de preparación de educación media en adelante.
La académica del Colef recordó que esta migración de haitianos y algunas personas de África se dio después de la Copa Mundial de Brasil 2016. La mayoría de quienes ahora se encuentran en los albergues salieron huyendo del terremoto que golpeó Haití en 2010.
Algunos se establecieron en Brasil donde fueron empleados para las obras del Mundial, pero al concluir el evento ya no consiguieron trabajo por lo que se vieron obligados a buscar un lugar nuevo para sobrevivir.
"Ellos se dicen que son inmigrantes económicos, que lo que buscan es un lugar donde ganarse la vida, donde tener un trabajo para sobrevivir ellos y sus familias… algunos han empezado a solicitar trabajo informal porque tienen permiso de tránsito, buscan cambiar su estatus de residencia temporal y de cruce, pero nos va a tomar un poco de tiempo el proceso, en lo que se cambia su estatus migratorio porque ahorita están en centros de lavado de autos, de restaurantes, pero no son lugares donde ellos tengan ya ciertos derechos", destacó.
A pesar de la resistencia para regresar a su país, algunos haitianos empiezan sin embargo a extrañar sus raíces, en uno de los testimonios recopilados por el Colef, un inmigrante afirma que a veces se reúnen a escondidas en las cercanías de los albergues para preparar su comida típica porque en general aún no se acostumbran a la cocina mexicana.
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