Es recomendable hacer un mapa de riesgos de las tuberías de agua del Distrito Federal para conocer su antigüedad y el estado en que se encuentran, y de ser necesario repararlas para evitar fugas que a la postre podrían crear socavones, consideró el ingeniero Raúl Aguilar Becerril, académico de la Universidad Iberoamericana.
Ante la formación de dos de los principales socavones presentados este mes, en el Periférico y la avenida de los Cien Metros, consecuencia de fugas de agua (en las que se calcula se pierde 35 por ciento del líquido potable) que erosionaron el suelo y lo adelgazaron hasta el grado de llevarlo al colapso que dejó ver los respectivos hundimientos y graves afectaciones al tránsito de vehículos.
El profesor de la carrera de Ingeniería Civil de la Ibero comentó que el rompimiento de las tuberías se debe a su antigüedad (con más de 50 años la mayoría de los 26 mil kilómetros de tubería de agua y drenaje) y al comportamiento del suelo que provoca fracturas, esto último en lugares donde se presentan hundimientos de manera diferencial que inducen esfuerzos en las tuberías; de ahí la importancia de hacer una evaluación de las condiciones de la infraestructura hídrica del subsuelo.
Tener registros sobre el tiempo de funcionamiento de las tuberías e inspeccionar las más viejas sería una buena medida para prever la formación de socavones al focalizar las reparaciones necesarias, por ejemplo, con la colocación de tubos interiores de polipropileno o neopreno, materiales más resistentes que la tubería primaria de concreto que rellenarían.
En ese sentido cabe mencionar que el Sistema de Aguas de la Ciudad de México considera necesario cambiar ocho mil kilómetros de tubería primaria y de drenaje en un máximo de 25 años, comenzando con cien kilómetros de esa red en este 2014.
Aguilar añadió que también cabría utilizar los mapas de zonificación geotécnica ya existentes para localizar en el Distrito Federal las zonas de transición abrupta donde el comportamiento del suelo provoca la fractura de las tuberías de agua, como ocurre en las inmediaciones del cerro del Peñón de los Baños, muy cerca del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Cuestionado respecto a si las obras del segundo piso del Periférico causaron el socavón en esa vía (a la altura de Legaria y en dirección sur-norte), el profesor adscrito al Departamento de Ingenierías de la Ibero mencionó que no en cuanto a los cimientos, mas queda la posibilidad de que haya sido causa de una obra inducida, es decir, aquellas desviaciones de las tuberías que se hacen antes de la construcción de estas estructuras y que posiblemente por no cambiar las tuberías existentes o hacer una mala conexión de ellas se originó la fuga y el posterior hundimiento.
Raúl Aguilar Becerril es ingeniero civil, maestro en ingeniería en mecánica de suelos y doctor en ingeniería. Es director de proyectos de Sísmica de Suelos, empresa que ejecuta estudios del efecto de los sismos en las estructuras a través del suelo. Imparte la materia de cimentaciones a alumnos de ingeniería civil de la Ibero.
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