El gobierno está vendiendo a extranjeros calles, micros y ahora el Bordo
Nuestra actividad está en riesgo, señalan
La pepena está en peligro de extinción. La entrega a empresas españolas y mexicanas para explotar el biogás y cerrar el Relleno Sanitario Bordo Poniente ha provocado que el envío de basura caiga 85 por ciento y no haya suficiente para dar de comer a 2 mil familias.
La situación se complicó "la semana pasada, cuando únicamente llegaron 15 camiones, de 100 que nos mandaban, repartiéndolos entre la gente de la planta de selección y los que están afuera", explicó Pablo Téllez, dirigente del Frente único de Pepenadores del Distrito Federal.
Lo recibido, sin embargo, es insuficiente. "Se compactó uno de tres turnos y descansamos gente porque ya algunos se fueron en blanco dos días y ni siquiera lograron llevarse chácharas para vender entre gente más jodida que uno, allá por El Cuervo", afirmó.
En un recorrido por la planta de selección, inundada de lixiviados generados por montañas de composta que la rodean, hombres y mujeres esperan su turno para "entrar y sacar para el pasaje y la papa, pero está re difícil, porque lo bueno se va a los tiraderos del estado de México".
Las autoridades "nos están ahorcando para que nos vayamos a la planta de composta por 60 pesos, y no lo vamos a aceptar", dijeron.
La desesperación, reconoció Paty, "es mucha. La gente está pensando en salidas malas si le quitan su chamba, pero al gobierno no le importa y en lugar de acabar con la pobreza está acabando con los pobres, entre los cuales estamos".
Mucha gente, comentó, "cree que ganamos mucho porque vendemos toneladas de cosas, pero no piensa cuántas horas nos llevó juntarlas y cómo se dividieron; tampoco ve que el gobierno está vendiendo las calles, los micros, el Metrobús y ahora este relleno a empresas y extranjeros".
La semana pasada "íbamos a marchar al Zócalo otra vez. El secretario de Gobierno, Héctor Serrano, nos pidió no hacerlo y reunirnos para atender nuestras demandas. Sólo nos dio atole con el dedo, pos no ha habido nada y nos fastidian colocando más composta a nuestro alrededor", señaló don Pablo.
Todos los días se perciben en la ciudad "olores muy feos, producto de los lixiviados de ese material, no de la basura. Ya tenemos hasta un río en el Bordo de todo lo que bota por las coladeras y huele tan re feo que ni siquiera las garzas se meten al dizque lago", argumentaron trabajadores.
Hoy, dijeron, "el gobierno nos dice que para seguir debemos transformarnos, pero en qué. No sabemos hacer otra cosa. Nacimos y hemos vivido entre la basura, y no tenemos papeles. Nos están mandando a la uña o a las drogas para salir adelante y desaparecer a los pepenadores, que ya no encajamos en su nueva imagen de ciudad".
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