Elecciones EEUU: Romney encaja una derrota y pierde la Casa BlancaPor primera vez desde 1972, un ticket, el republicano, no gana sus respectivos estados y pide anteponer las personas a la políticaEl candidato republicano Mitt Romney ha reconocido la victoria de su oponente Barack Obama, al que ha felicitado por teléfono, y ha asegurado ante sus seguidores en Boston que reza para que el presidente "sea capaz de guiar" a la nación. Redacción (Barcelona).- "Felicito al presidente Obama por su victoria. Agradezco todos los apoyos que he recibido en la campaña por mi y por este gran país. Los ciudadanos deben liderar los desafíos que tiene América ante sí en los próximos años". Con estas palabras, el candidato republicano a las elecciones de EEUU, Mitt Romney, reconoció su derrota y felicitó a Barack Obama por su reelección. Y ha añadido: "Lo hemos dado todo en esta campaña electoral y espero que miles de compatriotas trabajen juntos para mejorar a este gran país". "Llamé al presidente Obama para felicitarlo por su victoria", dijo Romney desde su central de campaña en Boston. Un serio Romney, que tardó más de hora y media en salir a hablar después de que el presidente demócrata revalidara mandato en la Casa Blanca, manifestó su esperanza de que Obama tenga "éxito" en completar la recuperación del país, a la vez que hizo un llamamiento a la unidad. "Éstos son tiempos de grandes desafíos para Estados Unidos y rezo por que el presidente tenga éxito en guiar a nuestra nación", señaló el derrotado candidato republicano, que también pidió a sus seguidores que "recen" por el mismo motivo. Romney hizo votos por que los líderes de ambos partidos sepan "tenderse la mano" para realizar juntos el "trabajo que le ha puesto la población". Mitt Romney dijo haber redactado un solo discurso en el vuelo que le devolvió a media tarde a Boston, donde siguió el recuento en el hotel Westin junto a su familia, y era el de la victoria. Una decisión de cara a la galería porque, finalmente, le tocó pronunciar el discurso de aceptación del resultado una hora y media después de las principales cadenas de televisión de EE.UU. anunciasen la reelección de Barack Obama. Esta vez, a diferencia del año 2000, ningún medio quiso precipitarse y el suspense se prolongó horas. Mitt Romney optó por un discurso breve y emotivo ante sus seguidores en el Centro de Convenciones de Boston, apenas diez minutos, cargado de dignidad, con varias apelaciones a Dios y a lo que definió como "pilares" de Estados Unidos: caridad, integridad y familia. El derrotado dijo que había felicitado al presidente, a su esposa e hijas al igual que resaltó que su esposa Ann "hubiera sido una primera dama maravillosa". En la hora de la derrota, Romney apeló a republicanos y demócratas a "anteponer la gente a la política". Explicó que si había aspirado a la Casa Blanca es "porque me preocupa América". En el colofón del discurso, Romney fue muy personal: "Paul Ryan (su número dos en el ticket) y yo lo hemos dado todo sobre el terreno". Finalmente, entre aclamaciones y gritos de "¡Mitt!, ¡Mitt! ¡Mitt!", el candidato fue rodeado de su esposa y cinco hijos –incluso alguno de sus 18 nietos, pese a que el reloj marcaba la una de la madrugada en la costa Este- para cerrar una campaña extenuante que aún ayer mantuvo. La derrota de Mitt Romney tuvo dos caras durante el recuento electoral que se prolongó toda la noche: el buen resultado en el voto popular –en cuatro ocasiones precedentes el ganador del voto en todo el país no había ganado la Casa Blanca- y el bochorno de que ni él ni su compañero de ticket, Paul Ryan, se impusieron en sus feudos estatales, Massachusetts y Wisconsin. Aunque ya muy avanzado el recuento, Obama superó a Romney en voto popular. En el caso de Mitt Romney era anticipable –el estado tiene una sólida vocación demócrata- pero Paul Ryan fue elegido precisamente para aportar los votos de Wisconsin en el Colegio Electoral. Desde la desastrosa campaña de 1972 del recientemente fallecido George Mc Govern, el último progresista en sentido de los años 60, nunca un ticket había pinchado en sus dos estados. La atmósfera derrotista fue ganando el Centro de Convenciones de Boston, un espectacular edificio diseñado por el arquitecto uruguayo Rafel Viñoly, elegido por Mitt Romney para acoger el veredicto cuando la victoria en Florida se demoraba y los primeros estados bisagra en decantarse (Michigan, Wisconsin y New Hampshire) lo hicieron en la cuenta de Barack Obama. El estado mayor de Mitt Romney dejó de contestar las llamadas telefónicas de los periodistas y de nada servían las declaraciones de "barones" republicanos por el circuito cerrado de televisión tratando de resaltar las proyecciones más favorables. Por si fuera poco, los demócratas retenian el control del Senado y muy cerca del Centro de Convenciones de Boston, la candidata demócrata al escaño de senador por Massachusetts ocupada por un republicano tras el fallecimiento de Ted Kennedy en el 2009 recuperaba el asiento, tan cargado de simbolismo. De paso, la demócrata Elizabeth Warren se convertía en la primera senadora en la historia del estado de Massachusetts. |
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