Persiste desabasto de ARV en Hospital 32 del IMSS Al menos 60 recetas médicas para prescribir medicamentos antirretrovirales como lamivudina, kaletra, abacavir, truvada, tenofovir y emtricitabina no han sido surtidas desde enero de este año en el Hospital General de Zona (HGZ) número 32, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), informó Silvia Carmona Medina , activista contra el VIH. Afectada por el desabasto en la farmacia del hospital, Carmona explicó que a pesar de que el director del nosocomio, Javier Moreno, le asegurara el pasado martes que atendería el problema, hasta el cierre de esta edición, las recetas no habían sido surtidas a 20 pacientes afectados, quienes junto con Carmona Medina piden al IMSS saber por qué no se les surten sus medicamentos. La integrante del Movimiento Ciudadanía Positiva, indicó que uno de los problemas consiste en que los médicos que atienden a personas con VIH en el HGZ 32 no han actualizado su cuadro de consumo promedio mensual y reportan al área de administración que sólo se necesitan siete frascos de medicamento a la semana, cuando atienden a un promedio de 200 pacientes al mes, y a la mayoría les otorgan una receta para surtir. Silvia Carmona indicó que esta situación puede provocar daños severos a la salud de los afectados pues corren el riesgo de generar resistencia a los medicamentos y ser forzados a cambiar de esquema de medicación, lo cual, les resta posibilidades de tener una carga viral indetectable, y por ende, un estado de salud óptimo. La también participante en la muestra fotográfica "Una Mirada Positiva", impulsada por Letra S y la Universidad de California, comentó que a la mayoría de los afectados, sólo se les da una parte del tratamiento, lo cual es "inútil" debido a que el esquema se debe tomar completo o se puede generar resistencia. Calificó la situación como "preocupante" debido al desconocimiento sobre el uso de los medicamentos no surtidos, ya que el personal de la farmacia les indica que cuando llegue se les proporcionarán únicamente la receta del mes. Los afectados "Llevo dos meses sin lamivudina. Esto me afecta mucho porque me diagnosticaron piedras en la vesícula y no me pueden operar hasta que tenga las defensas altas. Esto no lo puedo conseguir sino tomo mi tratamiento antirretroviral. Tampoco me han entregado los resultados de mi prueba de CD4 realizada en julio del año pasado. Así no puedo saber cuál es mi verdadero estado de salud", narra Roberto, quien acude a este centro de salud desde hace más de un año. Marco llega con retardo casi diario a su trabajo en una agencia de viajes. Debe pasar a preguntar a la farmacia del HGZ 32 si ya llegó la lamivudina que requiere tomar en conjunto con el ritonavir y tenofovir. "Siempre me dicen venga mañana". La suerte de Flavio tampoco es la mejor, tuvo un mes de retraso en el surtimiento de su receta de emtricitabina y tenofovir. Pudo obtener sus medicamentos correspondientes al mes de febrero el pasado 1 de marzo. Tras acudir a su consulta se dirigió a la farmacia para surtir su nueva receta y le dijeron que le darían los medicamentos hasta que presentará su receta de abril "porque los de marzo ya se los habían dado". Para Flavio, la situación es grave porque ante la falta de medicamento "pide prestadas" sus dosis a otros pacientes y se las debe reponer, pero ante la negativa del IMSS de surtirle su receta del mes de marzo, se siente imposibilitado para hacerlo. La semana pasada le entregaron los resultados de su prueba de CD4 realizada en julio de 2011. Felipe y María Elena no han tenido problema en estos últimos meses. No los descartan porque toman medicamentos "de los caros" y si no han podido surtir los baratos, menos lo harán con los costosos, asegura la pareja. Para ellos, la situación no es nueva debido a que en otros momentos han acudido a otros centros de salud como el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán ante la escasez de medicamentos y la larga espera para conocer los resultados de sus pruebas de CD4. Ambos pagan sus pruebas de laboratorio a fin de tener un estado de salud óptimo, sin embargo, reconocen que con el ingreso de jubilado de Felipe es complicado pagar los más de 2 mil pesos que cuestan las pruebas. Por su parte, Aldo esperó un mes a que le surtieran su receta de febrero. La semana pasada le indicaron que estaba listo su medicamento. Al acudir a la farmacia le dijeron que le convenía más entregar su receta de la consulta de marzo porque si entregaba la de febrero, ya no le surtirían la de marzo. Así que le recomendaron esperarse una semana. Él se negó debido a que tiene casi dos meses de no tomar su esquema de lamivudina compuesta. Ante esta situación, los afectados presentaron una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que sus recetas sean surtidas a la brevedad. Carmona sospecha que hay más pacientes cuya receta no ha podido ser surtida, sin embargo, no hablan por miedo, pues temen que les quiten sus medicamentos o el servicio. |
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