* México sentirá el impacto en la caída de inversiones productivas procedentes de estas regiones
Van en aumento las probabilidades de que ocurra una recesión económica en Estados Unidos y Europa las cuales han crecido de manera geométrica en los últimos dos o tres meses y que impactarán a México en el corto plazo, dijo Eduardo Loría, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE), de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM.
En su ponencia Crisis y ¿recuperación? de Estados Unidos y México 2011-2013, que presentó durante la XXXIII Reunión Trimestral del CEMPE –en la Sala Octaviano Campos Salas de la facultad–, Loría aseguró que ya se percibe una reducción de la inversión, así como en el gasto de las familias y las empresas.
En cuanto a México, la inversión extranjera procedente del viejo continente ha ganado terreno respecto de la estadounidense.
"Consecuentemente, si Europa cae en un problema económico mayor, puede tener efectos en la inversión financiera extranjera (recuerden que, en una gran proporción, los bancos mexicanos están en manos españolas y suizas, entre otras y en el flujo de inversión directa en nuestro país", dijo Loría.
"Por consiguiente, la potencialidad, tanto de la política monetaria como de la fiscal, de ser factores que logren un efecto contracíclico, disminuye mucho".
"Estamos en una situación muy preocupante y complicada. Varios indicadores muestran que algunos bancos ya son insolventes, siguen los desalojos de casas en Estados Unidos, la industria inmobiliaria no se recupera. Parece ser que la política económica tiene ya agotadas sus herramientas para actuar en forma contracíclica. Realmente no vemos elementos de corto plazo que nos permitan pensar que algo se pueda hacer para sacar a la economía de lo que viene".
Con una serie de gráficas, Loría mostró la clara tendencia a la desaceleración en el país vecino del norte, y explicó que lo observado el año pasado en esa nación fue un rebote muy fuerte, tanto en la producción industrial, como en el Producto Interno Bruto (PIB) total, con efectos en el consumo e ingresos personales.
Por lo que se refiere a 2011, a partir del primer trimestre, y sobre todo en el segundo, se percibe una tendencia muy fuerte hacia el estancamiento. De hecho, los datos más recientes refieren que la tasa de ahorro en Estados Unidos ha crecido tres o cuatro puntos del PIB.
"El pueblo estadounidense se caracteriza por su gran consumismo y muy bajo cociente de ahorro; en la actualidad, este último aumenta rápidamente, pero no implica necesariamente una inversión en el periodo posterior; más bien, es una forma de protegerse frente a un futuro bastante incierto, lo que esteriliza cualquier efecto positivo de la política fiscal tributaria expansiva", señaló.
El coordinador del CEMPE habló también de dos elementos que explicarían la expansión fiscal de la Unión Americana en la última década: los gastos militares y la concentración del ingreso.
En 2001, antes de los atentados a las torres gemelas y del inicio de la guerra en Irak, el gasto militar de EU representaba 3.1 por ciento; en 2011, el 10 por ciento; es decir, 549 mil 119 millones de dólares (para 2012 se espera que alcance 553 mil millones de dólares).
Por otro lado, el número de billonarios en ese territorio se ha duplicado en este periodo (de 269 en 2001, a 412 en 2011); mientras, el de los pobres ha crecido en una proporción muy importante (de 31 millones 600 mil en 2001, a 42 millones 200 mil en 2011).
Hace unos años, se afirmaba que esa condición residía básicamente en los inmigrantes pobres que se incorporaban a las filas de los ya existentes de Estados Unidos.
Ahora, una parte sustancial está conformada por poblaciones blancas; es decir, el aumento ya no se explicaría centralmente por los inmigrantes, sino por las clases medias que han perdido patrimonio, casas, empleos, y que se hallan en condiciones de insolvencia frente a sus deudas de corto plazo.
"Tenemos una contracción de la demanda, generadora de este problema en la Unión Americana y el mundo. Habría que buscar elementos que pudieran ser exitosos para aumentar ese factor. No es un problema de oferta, al menos de bienes no primarios. En el caso de los primarios hay una insuficiencia de disposición que presiona en los costos. Además, no se ha logrado restaurar el nivel de empleo que había antes de la crisis y no se ve cómo lograrlo."
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