Lino Javier Calderón
En México "nunca habrá ni mordazas ni censuras al quehacer periodístico", dijo el presidente de México, Felipe Calderón, y agregó a la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que la gran amenaza contra la libertad de prensa es el crimen organizado.
"La delincuencia es el mayor riesgo para el ejercicio del periodismo, que debe contar con un entorno de libertad y seguridad", dijo Calderón ante un centenar de propietarios de los principales diarios de América Latina luego de inaugurar la 66 Asamblea General de esta organización que se realiza en Mérida Yucatán.
El primer mandatario afirmó que no hay personas libres sin libertad de prensa, que consideró un "derecho inalienable" para la ciudadanía.
Tras señalar que en México los poderes públicos imponían en el pasado una censura, señaló que actualmente en el país "no se persigue a nadie por razones ideológicas y se permite criticar abiertamente al gobierno."
"Ninguna nación puede permanecer ajena a los ataques a la prensa", dijo Calderón, quien instó a que los tres poderes del estado trabajen coordinadamente para garantizar la libertad de expresión.
Asimismo el presidente consideró que es un "deber" del estado aclarar los casos de ataques a periodistas en México, donde han muerto 65 comunicadores desde el año 2000, lo que le convierte en el país más peligroso para ejercer esta profesión.
Para Calderón, el crimen es el enemigo común de quienes apreciamos la libertad. "El crimen es el enemigo de la prensa y no el gobierno", aseveró.
Recordó que durante su mandato se han derogado del Código Penal los delitos de calumnia y difamación, se ha creado una fiscalía especial para delitos contra la libertad de expresión y se ha acordado poner en marcha un mecanismo para la protección de los periodistas.
Este mecanismo incluye una alerta temprana, reformas legales y un paquete de "prácticas ideales del ejercicio de la profesión".
Además, consideró clave en la defensa del derecho a la información la iniciativa que estudia el Congreso mexicano para pasar al ámbito federal los delitos contra la prensa, que ahora recaen en la justicia estatal.
Calderón se comprometió a "usar toda la fuerza" del estado para derrotar a quienes amenazan la libertad de expresión.
Aunque reconoció que la "reconquista" de la seguridad pública no será tarea fácil ni rápida, se mostró convencido de que supondrá una batalla que México "ganará para convertirse en la gran nación que está llamada a ser".
Además, pidió la unión de toda la profesión periodística ya que "ante un enemigo común, el país necesita el apoyo de los medios para alcanzar mejores resultados en lucha contra la delincuencia".
Calderón admitió que el crimen organizado tiene su propia estrategia de comunicación por lo que reclamó a los medios que "no le hagan el juego", reflejen la realidad y pongan en perspectiva los grandes esfuerzos de México en su lucha contra las bandas criminales.
Reconoció también la infiltración de la delincuencia en la política mexicana pero aseguró que su gobierno será implacable y no aceptará la relación entre política y criminales.
Por su parte, el presidente de la SIP, Alejandro Aguirre, subrayó que una sociedad que sufre la violencia, como es el caso de México, "no es libre sino esclava de los asesinos".
"No se puede trabajar con la autocensura del miedo, no se puede permitir que organizaciones criminales controlen la información y que digan qué es noticia", recalcó el presidente de la SIP.
Aguirre pidió que la protección a la libertad de expresión sea incluida en la agenda de los mandatarios de la región porque las amenazas que enfrenta la prensa suponen "un cáncer que expande su manto de dolor a todos los rincones del mundo".
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