Sin paz y libertad no hay vida que valga: Gómez Mont
* Se conmemora Día Mundial del Refugiado
Lino Calderón
El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, reconoció que en el país se vive la reconstrucción de la paz de la manera más dolorosa, lo que sin duda requiere sacrificios, "pero sin la paz y sin la libertad no hay vida que valga".
Al dirigir un mensaje con motivo del Día Mundial del Refugiado y ante la esposa del presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, el funcionario federal señaló que el lugar de México en el mundo debe ser la construcción de la paz.
Externó que "vivimos en México nuestras propias heridas para reconquistar nuestros derechos amenazados por la violencia y la indiferencia de la delincuencia organizada".
Gómez Mont dijo que "México está listo desde hace varios años para asumir su lugar en el mundo, el cual debe ser el de un socio en la prosperidad, refugio de quien lo necesita y en la construcción de una paz que sea asumida como norma para todos".
En el encuentro, al que también asistió el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, el secretario de Gobernación destacó la vocación de México de brindar apoyo solidario a todo aquel que pide asilo y oportunidades para reconstruir su futuro.
Durante la ceremonia en que se firmó el convenio para facilitar la revalidación de estudios superiores a refugiados, Gómez Mont añadió que hoy se vive la lucha de predisponer y establecer el valor de la generosidad y de la emoción "frente a los anhelos exclusivos de rapiña por ganas de enriquecimiento de unos cuantos frente a muchos".
Reconoció que en México se transita en ese dolor con la convicción de que se puede reconstruir su propia paz y consolidar su esperanza.
"En ello nos fortalecen todos aquellos que vienen de lejos y piden a nuestro país su apoyo y asilo por ser perseguidos políticos, estar su vida en peligro, por desastres naturales y otros graves motivos".
También, agregó, "aquellos que con su ejemplo nos fortalecen y con su afán de lucha fortalecen nuestra voluntad de prevalecer frente a las circunstancias con la absoluta convicción de que serán superadas a través de la tenacidad, la claridad y una voluntad que no está dispuesta a renunciar ni a ser secuestrada por la violencia".
Planteó que reconstruir la paz requiere sacrificios, pero sin la paz y la libertad no hay vida que valga.
Por ese motivo agradeció la presencia de los refugiados y les pidió que se incorporen como parte de un pueblo que mezclarse para reproducirse y crecer.
Les dijo que si entre los mexicanos encuentran el espacio sereno para reconstruir y recuperar sus fuerzas y volver a su patria a infundir y esparcir la esperanza de una coexistencia sana y digna entre todos nosotros "seremos el espacio y cómplices en esa aventura del perdón".
Al final, externó, "estamos convencidos de que la paz es un destino innegable y del alma, que la prosperidad es el resultado del trabajo, y que la paz es el único destino de los hombres y las mujeres libres".
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