Angel Iturralde
Es falso que se haya "disparado" el gasto corriente y los servicios personales en la administración pública, ya que la evidencia demuestra lo contrario, sostuvo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Desde hace varios años, refiere, la federación lleva a cabo medidas para racionalizar y controlar este rubro, como las metas de 20 por ciento de reducción del gasto de operación y administrativo para el periodo 2008-2011 y la de ahorro anual de 5.0 por ciento para las dependencias de la administración pública federal.
Estos son aparte de los ahorros anunciados en 2009 ante los efectos de la recesión económica y de las medidas para controlar la epidemia de la influenza A H1N1, precisa en el Informe Semanal de su Vocería.
Además, están las acciones anunciadas dentro del Programa Nacional de Reducción del Gasto, dado a conocer en marzo pasado, para reorientar los recursos hacia tareas con mayor impacto social y productivo.
Refiere que el gasto corriente no sólo incluye los sueldos y celulares de los empleados del gobierno, sino también los pagos de las pensiones; las remuneraciones a los servicios de salud, educación y seguridad pública; los subsidios para la generación de energía, las transferencias a los gobiernos de las entidades federativas.
En general, incluye todo el financiamiento de la política social, por lo que "resulta muy simplista" hacer pensar a la población que el gasto corriente es "malo" e indeseable por naturaleza.
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